El Andévalo, arte aplicado
La afición que en el Andévalo se tiene al caballo y al toro bravo han impulsado en Valverde del Camino una artesanía de la piel que elabora piezas para relacionadas con ambas ganaderías. La fina guarnicionería de los arreos del caballo tiene justa fama, que es tal que llega a escala nacional en el caso de los botos de montar de Valverde. Botas de cuero para la romería, el campo o para ir de caza que son conocidos en todo el mundo. Y, por supuesto, los muebles de Valverde y el aguardiente local, una exquisitez.
El Andévalo es una comarca con una extraordinaria y rocosa personalidad, como su paisaje. Tierra minera e indomable, permite al descubridor de destinos y artesanías el margen de la sorpresa. La crianza del toro bravo en sus varias y afamadas ganaderías es, en cierto modo, una artesanía que se muestra en arreos para caballos y jinetes.
La guarnicionería permite lucirse al modo clásico a los caballistas y sus monturas, tanto en las tareas del campo como en las fiestas y romerías. Ambos eventos están marcados en ocasiones por la influencia de las culturas venidas de Castilla y León tras la conquista, algo que se aprecia en trajes típicos de sofisticada elaboración y danzas.
Uno de los objetos más famosos, internacionalmente, son los botos camperos de Valverde del Camino, capital del Andévalo. Los muchos talleres artesanos crean con extraordinaria elegancia y calidad este calzado de piel, hecho a mano y para que dure toda una vida.
El mismo Valverde está declarado Zona de Interés Artesana por sus maestros de la madera, principalmente de la elaboración de muebles. Una industria local que atrae a compradores de toda la provincia para hacerse con un producto que es garantía de calidad.
En la comarca, también goza de gran fama el aguardiente que los mineros del Andévalo han degustado durante siglos. El licor se sigue destilando en la tierra, donde marca el ritmo de ferias, tardes de fandango y celebraciones privadas, también llamadas ‘manguaras’, que fue como las denominaron los ingleses llegados a las minas de Riotinto: ‘man water’.
