Historia

Su origen se remonta a la ciudad turdetana de Orippo. Su término municipal está surcada por numerosas ví­as romanas. Gran parte de los cortijos se asientan sobre antiguas villas romanas. En el montí­culo de la Torre de los Herberos se encontraba la antigua Orippo romana. Durante este periodo tuvo gran importancia, llegando a acuñar moneda propia.

Durante el dominio de Al-Andalus pasó a ser una pequeña aldea dedicada a la producción de aceite, trigo y vid.

Con la conquista cristiana llevada a cabo por Fernando III, éste se instaló en la Torre de los Herberos y más tarde en la zona de Cuarto. En este lugar ocurrió el célebre milagro de la Virgen que ayudó al Rey en una batalla; hecho que dio lugar a la construcción de la Ermita de Valme, donde se venera a la Virgen del mismo nombre. Durante este periodo aparece con los nombres de Fuente del Rey, o de D. Pelayo o el cerro del Cuarto.

Tras la conquista cristiana fue cedida a varios caballeros; las hijas de uno de ellos, don Gonzalo Nazareno, según la tradición, se encontraron la imagen de Santa Ana y una cruz escondidas cinco siglo atrás con la invasión árabe. En honor de ellas empezó a llamarse Villa Nazarena y luego de las Dos Hermanas.

En el siglo XIX, Dos Hermanas fue lugar de reunión de autores románticos, como Lamarque de Novoa y Antonio Dí­az, que construyeron aquí­ su hermosa Alquerí­a del Pilar. A su alrededor encontramos a Mariani, Narciso Campilo, Washington Irving, el padre Coloma, el pintor Virgilio Mattoni. Fernán Caballero fue, sin embargo, quien más renombre dio a Dos Hermanas. Vivió aquí­ muchos años y en su ambiente se inspiró para sus obras, la más famosa de las cuales, "La familia Alvareda", narra un hecho real ocurrido en la ciudad.