De paseo por Bolonia y Caños de Meca
Entre las mejores playas de Cádiz están Bolonia y los Caños de Meca. Imagínate pasar unos días de descanso con tu pareja o amigos, y sencillamente no tener ganas de volver a la rutina. ¡Relax!
Tanto uno como otro punto de la costa gaditana son polos de atracción para el turismo de gays y lesbianas. Y no solamente porque haya cruceros para opciones fuera de la heteronormatividad que hacen parada en Cádiz… ni mucho menos. El carácter salvaje del litoral andaluz, en este tramo, seduce a quien lo conoce por primera vez. No hay, pues, una "última vez” para Tarifa ni para Barbate, los municipios que acogen ambas playas. Si vais, volveréis.
Las luces de Bolonia
Poner un pie en la playa tarifeña significa enamorarse perdidamente de ella. Sus enormes extensiones, así como la invitación a pasear por sus dunas, hacen de Bolonia un destino favorito para gentes de toda condición. La comunidad LGBTI no es menos, en este sentido. No se trata de la única de las playas de Cádiz donde puedes encontrarte con restos arqueológicos o históricos -la franja atlántica ha dejado un buen reguero de Historia-, pero un paseo por las ruinas romanas de Baelo Claudia, con templos dedicados a Júpiter, Juno y Minerva incluidos, es un plan de atar
Vive y deja vivir
La zona nudista de Bolonia se halla en un lugar llamado El Chorrito, así como en los baños de Claudia. Hablamos de una serie de calas más deshabitadas e íntimas en las que la práctica del nudismo y el naturismo es muy habitual, y donde los nudistas homosexuales se mueven con gran libertad. Bolonia es uno de los grandes reclamos de Tarifa, municipio que se lleva significando por su carácter gay friendly desde hace años. En la noche tarifeña tenemos locales como La Ruina, en la calle Colón, que pese a no ser un garito de ambiente -estrictamente hablando-, encaja a la perfección con el mejor lema del mundo: "vive y deja vivir”. Los surfistas noctámbulos pasan sus veladas allí.
Los Caños de Meca
Considerado un destino gay alternativo al Torremolinos más animado y bullicioso, este núcleo poblacional perteneciente a Barbate es un enclave privilegiado para personas que aman la tranquilidad ante todo. Alojarse en apartamentos con sello gay friendly es una opción, aunque ya se sabe que los bungalows en Cádiz son una apuesta segura e ideal, por lo general. El ocio cuenta con propuestas tan encantadoras como La pequeña Lulú, un bar restaurante desde el que divisar la línea del horizonte marítimo mientras se disfruta de buena música. O el muy popular Las Dunas, a tiro de piedra del Faro de Trafalgar.
Quienes echen de menos la noche podrán siempre darse un garbeo por los chiringuitos y bares de la zona; eso sí, los visitantes con ganas de marcha extrema también pueden optar por discos y otros locales nocturnos que alargan sus horarios hasta que el cuerpo aguante.
Un buen día
Una jornada playera en Los Caños de Meca podría pasar, perfectamente, por la visita a Castillejos o a Los Chorros. Las pequeñas dimensiones de sus calas y la ausencia de "civilización” invitan al relax, pero a un relax que supone un grato encuentro con la naturaleza. Cogéis vuestro kit de playa -toallas, sombrillas, periódico o libro, snacks o comida ligera- y os plantáis allí, en pleno Cabo de Trafalgar. ¡A ver quién es el guapo que os saca de allí luego!
Otras playas cercanas donde la bandera arcoiris es bienvenida estarían en los dominios de Zahara de los Atunes (concretamente en lugares como la playa del Bunker o la de los Alemanes). El paisaje paradisíaco es común a una costa que encandila a los amantes de la vida pausada y los baños de sol.