En la parte más oriental de la provincia de Sevilla, en la comarca de Estepa, Corcoya es un lugar que marcó un antes y un después en la vida del famoso bandolero andaluz José María el Tempranillo. Es una pequeña pedanía de Badolatosa situada a unos 6 kilómetros de ésta. Probablemente la denominación de Corcoya derive de coscoja, nombre que se le daba al fruto de las coscojeñas o carrascos, arbusto que en tiempos antiguos definían el paisaje de esta localidad.

Se trata de un pueblo eminentemente agrícola, rodeado de montañas y olivares. Cerca del pueblo se encuentra el punto geodésico más elevado de la comarca, en la Sierra de la Cabrera, donde también pueden encontrarse los restos de unas viejas e interesantes minas de hierro.

Corcoya es muy conocida en su comarca por la romería de la Virgen de la Fuensanta que tiene lugar los días 7 a 10 de septiembre en su ermita, a la que acuden gran cantidad de devotos. Otros lugares de interés son la iglesia parroquial, dedicada a San Isidro Labrador, y el paraje natural de la Gruta del Pontón, gruta de gran belleza, natural, tanto por su estructura, como por la vegetación que la rodea.

Como a un kilómetro escaso de Corcoya, en las estribaciones de la sierra de la Cabrera, se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta, rodeada de un paraje de una gran belleza. Se conservan hoy las cuevas que el Tempranillo utilizaba para esconderse los días que venía a visitar a la virgen y al santero. Lugar ideal para refugiarse, aquí, en 1832, recibió José María El Tempranillo el indulto del rey Fernando VII.