Sabina Albar
Al norte de la provincia de Almería, en el extremo oriental de la Cordillera Bética y dentro del Parque Natural Sierra de María-Los Vélez, se encuentra el Monumento Natural Sabina Albar en una altiplanicie a más de 1.600 metros de altura. Ubicada en una antigua zona de cultivo de secano, destaca llamativamente en un entorno caracterizado por albergar otras especies como piornos, majuelos, tomillos y algunos otros pies rastreros de sabina albar de gran porte.
Se trata de un ejemplar único al que se le calcula una edad casi milenaria, pues ronda entre los 600 y 1.000 años de antigüedad. Posee una copa de color verde oscuro, muy ramificada y extendida, que está soportada por un tronco grueso y sinuoso en cuya base sobresalen sus raíces desnudas. La estampa le confiere un aspecto aún más longevo. Este árbol se conserva como reducto de los bosques esteparios de la Edad Terciaria, donde se daba un duro clima continental con fuertes oscilaciones térmicas y periodos de sequía estival. Por tanto, se le considera un fiel testigo del paso de la historia por estos entornos del Pasillo de Chirivel.
Esta especie, de lento crecimiento, posee unas hojas en forma de escamas para evitar la pérdida de agua. Presenta individuos masculinos y femeninos, cuyos frutos, denominados gálbulos, maduran al segundo año adquiriendo un color azulado verdoso, sirviendo de alimento a las aves que, a su vez, dispersan las semillas. Posee una madera dura y de buena calidad, rica en resinas, muy apreciada para trabajos de carpintería y ebanistería, una de las razones por la que en otros tiempos se produjo su tala masiva.