El Cordón Dunar de Chipiona abarca desde la playa de Camarón hasta la playa de las Tres Piedras.
Las dunas que lo componen actúan como reservorios de arena que alimentan nuestras playas. Las longitudinales, además, sirven para el crecimiento de una interesante flora con una gran adaptabilidad al medio inhóspito que representa la salinidad del mar. Al mismo tiempo, esta vegetación sirve de refugio a un elevado número de aves, que cruzan el estrecho hacia sus cuarteles de invernada. Los reptiles encuentran un hábitat perfecto para su supervivencia: culebras, lagartijas, lagarto ocelado, eslizón, destacando el camaleón común, una de las más de ochenta especies de camaneólidos repartidos mundialmente.
En Chipiona, queda aún una población importante, convirtiéndose en pionera en cuanto a su protección. Los mismos vecinos respetan y protegen a uno de los emblemas ecológicos del municipio. Entre sus originalidades destaca el cambio de color, la forma de sus ojos independientes (visión estereoscópica), su alimentación insectívora por medio de una lengua, aproximadamente tan larga como su cuerpo y rapidísima, la cual “dispara” para atrapar los insectos.