El Santuario Ibérico de la Cueva de la Lobera es un espacio de culto con más de 2300 años de antigüedad situado a un kilómetro y medio de Castellar. Se trata de un asentamiento emblemático de la arqueología Ibérica que se encuentra sobre una importante vía de comunicación de la antigüedad: la Vía Heraclea.
Está construido sobre una cornisa rocosa con hornacinas entre ellas, la mayor llamada la Caverna del Ídolo, aprovechando unas cuevas naturales con un núcleo central constituido por la conocida Cueva de la Lobera, así como una serie de cuevas más anexas hasta un total de cinco y que podrían tratarse de viviendas.
La Cueva de la Lobera es un abrigo no muy profundo que se hallaba próximo al menos a dos manantiales de agua, la Fuente del Caño y la del Cotillo.