Campo de Níjar y Poniente Almeriense: Huerta de Europa
A través de visitas organizadas, ahora puede conocerse la impresionante producción hortofrutícola de Almería y la enorme sabiduría que hay detrás de esta manera de trabajar la tierra. Varias empresas y cooperativas muestran sus cultivos y sus modos de producción, algo muy atractivo por la modernidad del proceso, por la diversidad y calidad de sus productos, así como por la singular divulgación que han realizado algunas series televisivas.
El área que ocupa la huerta almeriense no solo se aprecia a vista de avión, el colosal espacio que emplean sus invernaderos se observa desde las propias estaciones espaciales. Bajando la mirada a ras de suelo, puede comprobarse que estos campos de cultivo apuestan por criterios ambientales, de tal manera que un porcentaje muy alto no usa productos químicos, sino control biológico ante las plagas. Todo un compromiso con la sostenibilidad.
Algunos centros productivos organizan visitas para conocer los productos que se obtienen, cómo se trabaja y qué tecnología se aplica en la huerta de Europa, cuyo tomate de La Cañada es el primero y único en España reconocido con Indicación Geográfica Protegida. Las especiales condiciones climatológicas y orográficas de los campos de La Cañada convierten a esta zona, situada junto al Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en el centro productor de un tomate con cualidades extraordinarias, como así han reconocido los mercados más exigentes.
Fertilidad y potencialidad se combinan con una investigación científica sin pausa, que también acrecienta el interés inculcado en las visitas. Dos de las mayores cooperativas y una compañía especializada en biofertilizantes investigan nuevos avances con el apoyo de la Universidad de Almería. Su principal objetivo es reducir el uso de químicos en la agricultura mediante diferentes alternativas, como es el caso del humus de lombriz.
Viajeros y escolares se acercan a estas instalaciones para conocer un sector, una historia, que nació del trabajo y el ingenio de quienes combinaron en los años 60 cubierta de plástico con suelo arenoso. Adaptaron los cultivos al medio, permitiendo doblar y hasta triplicar unas cosechas que, por otra parte, maduran antes que en otras zonas productoras de la península. Abanderado de estas prácticas turísticas, Clisol Turismo Agrícola ofrece visitas guiadas que finalizan con una cata degustación del producto.
Cuando se habla de Almería como huerta de Europa, las cifras ratifican tal afirmación. Son 60.000 hectáreas cultivadas, un territorio parecido en extensión al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar; de ellas, 32.000 son de invernadero. Además, la provincia lidera el cambio hacia una agricultura libre de residuos y productos químicos, ya que la mitad de la superficie cultivada bajo plástico lo hace con los protocolos de control biológico.
Un atractivo más de este territorio situado junto al Mediterráneo, es que ha sabido impulsar una manera de cultivar diferente, que aprovecha al máximo el agua disponible generando su propio paisaje.