Bosque de la Niebla de Los Llanos del Juncal
En Cádiz, existe un lugar misterioso donde se puede viajar hasta una época remota, hasta un mundo tan primitivo en el que el hombre aún no habitaba la Tierra. En la zona más meridional del Parque Natural de los Alcornocales, entre Tarifa y Algeciras, se extiende el bello e increíble paisaje de los Llanos del Juncal y su Bosque de Niebla.
El bosque de laurisilva, que así es como se llama esta singularidad medioambiental, parece haberse quedado atrapado entre el espacio y el tiempo. Ochenta hectáreas de vegetación cubiertas por espesas brumas, nieblas que están presentes durante 245 días al año y nos adentran en un ‘pasadizo’ botánico donde se abre paso la naturaleza más salvaje.
Hace millones de años estas grandes masas vegetales se extendían por toda la cuenca mediterránea. Sin embargo, la Edad de Hielo se encargó de borrarlas del mapa. A día de hoy, únicamente en la península perdura este reducto botánico, una auténtica reliquia prehistórica que solo encuentra semejanzas con la vegetación de las misteriosas islas atlánticas.
La preservación del Bosque de la Niebla tiene su causa en la enorme humedad del lugar, condicionante que es responsabilidad del fuerte viento de levante. Al chocar este con las cumbres de las sierras, las nubes descienden y aparecen nieblas en sus partes más altas. La concentración de humedad permite que se cree un microclima propio de regiones tropicales y de aquellos reductos botánicos que parecen tocados por la magia y el misterio.
La frondosa vegetación del lugar se compone de lianas, hiedras, musgos, helechos y laurisilva. Especies que se extienden por todo el lugar abrazando troncos y engullendo rocas. Árboles como madroños, quejigos, laureles y alcornoques también coexisten, mientras rosados ojaranzos y azafranes de otoño ofrecen pinceladas de color al intenso verdor del bosque.
Por su compleja ubicación, acceder hasta este apartado paraje es toda una aventura. La ruta, un sendero sombrío de tres kilómetros, requiere de bastante esfuerzo para llegar a la meta. Las botas y el chubasquero son compañeros imprescindibles para realizar el ascenso a pie hasta este paraje montañoso, un lugar que seguro te atrapará bajo su manto de niebla y encanto.
Único en las latitudes del continente europeo, el entorno del Bosque de Niebla merece una atención especial por la fragilidad de su ecosistema. Una zona especialmente protegida para la que es necesaria autorización si se quiere visitar.