Arroyo del Ojanco
Rodeado de un auténtico mar de olivos, Arroyo del Ojanco se asienta en la vega del Guadalimar, en una inmensa llanura en plena carretera N-322, que atraviesa su casco urbano. Al abrigo de esta importante vía de comunicación ha ido creciendo el pueblo y los servicios.
El cultivo del olivar ocupa abrumadoramente casi la totalidad de su territorio municipal. Se obtienen aceites de gran calidad, protegidos por la Denominación de Origen Sierra de Segura. Los ríos Guadalmena y Guadalimar surcan su término municipal, regalando un paisaje de vega al cauce del Guadalimar, con sus características de llanura y riqueza hidrográfica que forma parte del conjunto orográfico de la Sierra de Segura. Cercano al municipio, en dirección a Puente de Génave, se encuentra el embalse del Guadalmena, el tercer gran pantano de la provincia.
El entramado urbano de este municipio, antesala de la Sierra de Segura, se formó a principios del siglo pasado, por la febril actividad que provocó la construcción del ferrocarril Baeza-Utiel. Sus calles son alargadas y su trazado totalmente llano.
Historia
Aunque Arroyo del Ojanco es un pueblo de reciente fundación -su actual núcleo de población data de finales del siglo XIX-, siempre ha habido pueblos desde la más antigua edad viviendo en su área de influencia. De hecho, hay restos de la Edad de Piedra e Ibéricos en los alrededores, pero los más importantes son los de la villa romana de Los Baños.
Con la llegada de los árabes ésta desapareció, quedando unas torres a ambos lados del arroyo de este nombre.
Durante el siglo XIX, se le llamó de diferentes maneras y también con el apelativo "de las Ventas", así como Arroyo de los Ancos. Todavía a principios del siglo XX se le nombra a veces como las Ventas de la Camposanta, al mismo tiempo que Arroyo del Ojanco.
A partir de 1950 comenzó el movimiento segregacionista de Beas de Segura, a la que ha estado unido hasta el año 2001.
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