Casa Rural Arcos del Capellán
La Casa Rural Arcos del Capellán es un alojamiento de turismo rural, que colinda con la Sierra de Alcaparaín y los restos del castillo de Turón al frente. Se ubica a mitad de camino entre los embalses Guadalhorce, Conde de Guadalhorce, Guadalteba. El Chorro y el Parque natural de la Sierra de las Nieves, Reserva de la Biosfera, dirección El Burgo. Situado a menos de una hora de Ronda, Antequera y Málaga.
La edificación se ha efectuado sobre antiguas construcciones anexas a la Casa-Cortijo, restos de una bodega consistente en una serie de arcos de ladrillos que se han saneado y conservado, junto con los paños de piedra vista de los laterales rehabilitados con morterocal, conformando la planta baja.
Con esta estructura base rehabilitada, se ha edificado una planta superior de obra nueva a la misma cota que otra edificación menor también rehabilitada, manteniendo los muros de piedra existentes y de una sola planta. Confiriendo un conjunto constructivo homogéneo, muy espacioso, con techos muy altos y muros muy anchos con la cubierta de tejas árabes, acorde con la climatología y estética local. Se distribuyen en cuatro estancias totalmente independientes, dos de dos plantas con accesos a la planta superior por respectivas escaleras interiores y distribuidas a través de un patio central en el que destaca un pilón de piedra con su musical burbujeo, y otras dos más pequeñas de una sola planta.
Se han empleado elementos nobles acordes con el entorno. Barro cocido en los asientos de poyetes exteriores y bases de ventanas, solería, zócalos y fregaderos de ferro gres. Mármol en encimeras de cocina y fregadero. Piedra en el empedrado del patio, solería del portal, escalones y pilón de piedra. Madera en las traviesas sobre los cabezales de los bastidores, puertas, ventanas, mamperlanes y travesaños de chimeneas y hierro en los tirantes, las rejas de las ventanas, balcón y barandas de las escaleras. Ladrillos nazaríes en muebles de cocina, cuartos de baño y chimeneas y en las bases de armarios y estufas.
El mobiliario se integra armoniosamente con la construcción, predominando la madera en mesas y sillas con asientos de anea, hierro en los hornos, hogares y estufa de leña y ladrillos nazaríes en sofás. La decoración muy personal se sustenta en aperos de labor y utensilios y con artesanías elaboradas por la propiedad. Especialmente en útiles de esparto y adornos en cerámica y madera, murales, mascarones de las fuentes y pinturas al fresco. Los techos pintados con nogalina y las paredes con tonos ocres.