Peña de Arcos de la Frontera
El Monumento Natural Peña de Acos de la Frontera presenta una formación geológica de gran envergadura originada por la acción erosiva del río Guadalete, que al discurrir por una zona caliza realiza una erosión diferenciada que da lugar al modelado de varios meandros y dos tajos de gran envergadura. Su declaración complementa el conjunto formado por la citada Peña y por los meandros del propio río Guadalete.
La Peña de Arcos es una formación geológica de notoria singularidad y belleza compuesta por "tosca", que sobrepasa el kilómetro y medio de longitud y los 100 metros de altura. Constituye un elemento muy relevante dentro del paisaje de la campiña gaditana, en la que predominan los relieves alomados con escasos desniveles. Los edificios históricos situados en la parte más elevada del macizo, el núcleo del conjunto monumental de Arcos, contribuyen a definir uno de los paisajes más singulares de Andalucía.
La vegetación es variada y está adaptada a los diferentes suelos existentes, según se trate de zonas altas, intermedias o próximas a la base del talud. Íntimamente unida al pueblo de Arcos de la Frontera, sobre la Peña se levantan diferentes edificios históricos de gran porte, importantes en el mantenimiento de la población de aves asociadas a la misma.
Paralelo al río aparece un bosque de ribera dominado por chopos blancos y negros acompañados de eneas, adelfas y fresnos. Según nos alejamos del eje hídrico, aparece un bello y colorido paisaje dominado por huertas y frutales, principalmente cítricos.