Almería de Valente
Sentir la luz de Almería es lo más cercano que el visitante puede estar de la manera de ser, sentir y expresarse de José Ángel Valente, pues el poeta gallego eligió la ciudad justo por eso, por la "irrenunciable llamada de la luz”. La visita a la casa donde vivió este creador del siglo XX traslada el universo de alguien comprometido, defensor de la virginidad del Cabo de Gata y su Mediterráneo, donde nace esa luz que caracteriza al levante andaluz.
El poeta, ensayista, traductor e intelectual de Orense vivió en Santiago, Madrid, Oxford, Ginebra y Paris… hasta que el escritor Juan Goytisolo le habla de Almería en 1984. Deseaba una ciudad con mucha luz, una ciudad mediterránea y tranquila. Y ocurrió. Según Valente: "No se sabe bien quién eligió a quién, si yo elegí la casa o la casa me eligió a mí”.
Durante los 15 años que estuvo en Almería se involucró activamente en la vida de la ciudad. Se implica en proyectos relacionados con el patrimonio histórico-artístico, la cultura, el litoral, el paisaje de interior o los barrios con identidad propia. Ejemplo de ello es su participación en La Alcazaba, La Chanca, el Convento de las Puras, La Catedral, el Cabo de Gata o el Desierto de Tabernas. Incluso fue nombrado Socio de Honor de La Traíña, asociación de vecinos de La Chanca.
La vivienda del poeta, ahora visitable para conocer la vida y obra de Valente, es una casa burguesa de 1868 situada en una calle estrecha de traza andalusí, rebautizada con el nombre del autor. Se halla en pleno corazón del casco histórico.
En ‘La Casa del Poeta’ se combina arquitectura y poesía, simbiosis que para él simboliza la búsqueda de la luz desde las tinieblas. La vivienda ofrece un significado arquitectónico y estético, la ascensión desde la cripta hasta la azotea. Cuando se visita, su energía se nota en el aire, transmite la experiencia de quien intentó, con bastante acierto, interpretar la luz de Almería.
