Algatocín
Algatocín, en la carretera que enlaza Ronda con el Campo de Gibraltar, ha sabido siempre captar la atención del viajero: su peculiar estructura urbana, herencia de los pueblos bereberes que dieron origen a la villa, se escalona adaptándose al empinado terreno dando una nota de volúmenes blancos sobre el verde de castaños, encinas y alcornoques.
Como una señal de identidad inequívoca, se levanta sobre el pueblo blanco la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, coronada por un brillante casquete de mosaicos azules.
Historia
Los antecedentes históricos encontrados en el término de Algatocín se remontan a la época de la dominación romana: en un lugar próximo a la villa, Cerrogordo, se han encontrado restos arqueológicos que pertenecen a este período.
Pero el origen de la Villa hay que situarlo con relación a la presencia árabe en el territorio. Su nombre parece proceder de la tribu bereber de los Benu-Atus, Al-Atuiyin; aunque, según la leyenda, se vincula al de la hija del segundo rey musulmán de Ronda Algotisa, que eligió este lugar para construir su palacio.