El camino transcurre por terreno calizo y pedregoso rodeando la ruta ejemplares de almendros, encinas, chaparros y matorral hasta llegar a las ruinas del Lagar de Olmedo. A continuación, prosiguiendo el trayecto, se descubre la cuenca del arroyo Palancar, las ruinas de un molino de aceite y, finalmente, el bosque mediterráneo de las Morillas, el cual se mantiene en un extraordinario estado de conservación y comprende una extensa variedad de especies vegetales. Es de menor dificultad al constar solamente de 5,3 km.