Ribera del Guadaíra
La Ribera del Guadaíra es un Monumento Natural de carácter mixto y ecocultural que ocupa un tramo del río Guadaíra de unos 10 km de longitud. A lo largo de éste se localizan doce aceñas o molinos harineros de agua, de origen árabe, algunas declaradas Bien de Interés Cultural.
Los molinos harineros llenaron de actividad y trasiego la comarca hasta mediados del siglo XX, cuando dejó de moler la piedra del último molino activo. La antigüedad de los mismos se remonta a época islámica y bajomedieval, la mayoría remozados en el siglo XVIII, lo que pone de manifiesto la importancia artesanal que tuvo esta industria en la economía del municipio de Alcalá de Guadaíra, otorgándole el apelativo de Alcalá "de los panaderos".
El castillo de Alcalá de Guadaíra se apoya sobre antiguas playas de hace algunos millones de años. En concreto, son barras costeras, similares a las que existen actualmente en nuestras costas, y en las que se desarrolló una importante fauna, como gasterópodos, bivalvos, estrellas de mar, crustáceos o cetáceos, llegando a nuestros días en forma de fósiles. Esta formación geológica, conocida como calcarenita o albero, ha condicionando de una manera significativa la historia, costumbres e incluso la economía de este municipio vecino a la capital sevillana.
Otro punto cultural importante es el Castillo de Marchenilla, perteneciente al Conjunto denominado Área del Gandul. Es una obra arquitectónica del siglo XV, donde se han encontrado restos romanos, lo cual indica la existencia de la ciudad desde hace siglos.
Respecto a su patrimonio natural, cercano está el Parque de Oromana, que se extiende un kilómetro en la ribera del Guadaíra. Una red de caminos y senderos, merenderos, un embarcadero, y la rica vegetación compuesta por especies autóctonas, hacen de este lugar un espacio natural privilegiado para el esparcimiento de sus visitantes.