Torre del Reloj de Aguilar de la Frontera
En 1770, el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera se planteó la necesidad de levantar una nueva torre en el cerro de la Silera, para así proporcionar las horas a la villa. Aprobada su elevación por Carlos III, la obra de la Torre del Reloj vendría a concluir aproximadamente hacia 1774.
Atribuida al ilustrado aguilarense Juan Vicente Gutiérrez de Salamanca, es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. De unos treinta y dos metros, se compone de una consistente base en sillares de cantería, tres cuerpos de ladrillo agramilado bien proporcionados y decrecientes, cúpula con linterna y veleta de hierro forjado. La elegante delineación responde a una estética barroca con elementos clásicos (superposición de órdenes clásicos en pilastras y columnas adosadas).
Posee dos campanas de bronce realizadas hacia 1879 y una maquinaria de relojería de finales de la centuria decimonónica.
Su interior sólo es visitable el 28 de febrero, día de Andalucía, de cada año.