Casas Señoriales de Aguilar de la Frontera

A partir del siglo XVII, la imagen de poder no sólo va a ser exclusiva del ámbito señorial a través de la promoción artística en templos y edificios públicos del paisaje urbano de Aguilar de la Frontera. Otros grupos sociales irrumpirán en el espacio público y privado, exhibiendo también su importancia como nueva élite social. Desde entonces, a lo largo del desarrollo urbano que experimenta la villa, surgen una serie de casas solariegas que huyen del recinto amurallado y se asientan a lo largo de las principales redes viarias de comunicación. Así, la mejor manera de exteriorizar su presencia en la sociedad es a través de suntuosas fachadas y escudos heráldicos, formando con el tiempo un conjunto de inigualable belleza y atractivo visual.

En líneas generales, casi todas estas casas poseen unas características de distribución interna similares. Por su parte, el esquema general de fachada responde a puerta y balcón central, destacados por materiales y decoración, además de vanos enrejados y ajimeces laterales.

Los ejemplos más representativos son los siguientes:

Calle Moralejo: número 15, de portada manierista, fechada en 1574 (al parecer procede del convento de la Coronada); número 30, de estilo regionalista, proyectada por José Espiau Muñoz; número 34, con blasón de los Fernández de Toro; número 36, de notable arquitectura; número 40, aunque no es la fachada original, respeta la línea arquitectónica de la anterior, resaltando los interesantes capiteles pinjantes jónicos del guardapolvo; número 41, una de las casas más antiguas (1638); número 56, cuya heráldica pertenece a la familia Márquez de Alcántara; y número 58, que sobresale el balcón largo de forja.

Calle Arrabal: número 5, de gusto ecléctico, su blasón alude a los Dávila Ponce de León, número 11, fechable hacia la primera mitad del siglo XVII, era propiedad de coronel de Dragones, Manuel Gutiérrez de Salamanca y poseía el privilegio de cadenas (1793); número 13, mal llamada "Casa de las Cadenas!, su fachada en piedra de jaspe presenta gran interés, con la Inmaculada Concepción en la hornacina superior, propiedad de los Dávila Ponce de León y del marqués de Casa-Vargas.

Calle Carrera: número 1, de interesante fachada, datable en el siglo XVIII, número 30, de hacia finales del siglo XVII-primera mitad del siglo XVIII; número 35, destaca el juego de patios y la cúpula de la escalera.

Calle Vicente Núñez: número 2, conocida popularmente como "El Caballo de Santiago", realizada en 1765; y números 5 y 14, aunque el esquema más popular son destacables por haberlas habitado el músico Sebastián Valero Jiménez y el poeta Vicente Núñez, respectivamente.