Adéntrate en el corazón de Doñana en una exclusiva ruta en 4x4
¿Nos acompañas en este recorrido por las dunas, marismas y diferentes ecosistemas del la zona sur del Parque Nacional de Doñana?
Vive con nosotros una ruta muy especial adentrándote en el corazón del Parque Nacional de Doñana Parque Nacional de Doñana en unos sorprendentes camiones 4x4. Una ruta muy diferente a la que puedas haber realizado en cualquier paraje natural, perfecta para disfrutar con tus amigos.
El recorrido tiene una duración de unas 4 horas aproximadamente incluyendo una parada de media hora en el trayecto. Una exclusiva actividad que sólo podréis realizar con Doñana Visitas.
Partiremos desde Matalascañas donde los 4x4 estarán esperándonos para emprender la ruta a la zona sur del Parque Nacional. Una zona donde el acceso está restringido exclusivamente para estos vehículos autorizados.
Comienza la aventura viendo como estos enormes todoterreno avanzan sobre la playa virgen en la que sólo el viento ha dejado su huella sobre la arena.
Aisladas construcciones de pescadores son la única edificación que nos encontraremos a nuestro paso por estas kilométricas playas desiertas.
Comenzamos a adentrarnos desde la playa al interior del Parque y, podremos observar cómo la vegetación formada por pinos empieza a teñir de color el paisaje.
Las dunas en contínuo movimiento llegan casi a ocultar la masa forestal de pino entre ellas.
Parece increíble cómo estos vehículos pueden circular sobre esta arena dorada sin hundirse en ella.
Nos pararemos en medio de un "campo" de arena, donde por instinto natural, os descalzaréis para sentir la suave y cálida textura de la arena. Una sensación diferente a la que percibes en la playa, ya que nuestra pisada se hunde mucho más.
Seguiremos rumbo hacia el interior del parque y a nuestro paso empezaremos a conocer a sus afortunados habitantes.
Ciervos, jabalíes, gamos y otros animales salvajes conviven con las yeguas y vacas marismeñas.
En medio de este paraje natural nos sorprenderá el Palacio de las Marismillas, residencia vacacional de los presidentes del Gobierno en medio de este remanso de paz.
Las yeguas y caballos marismeños son su único vecindario, campando a sus anchas por las dunas y marismas que lo rodean.
Dependiendo de la estación en la que visitéis el Parque Nacional de Doñana, su paisaje es cambiante, ya que en verano su marisma se seca transformando su paisaje en un auténtico desierto.
Aún en la sequía de la marisma, los animales y plantas que conforman su ecosistema, se adaptan a los diferentes momentos que viven estos humedales.
Volveremos a detenernos para conocer el Poblado de la Plancha, un conjunto etnográfico en el que se recrean las chozas marismeñas que existían a finales del siglo XIX.
Esto nos muestra el asentamiento de familias que existió en épocas pasadas en Doñana, dedicadas a la caza, la obtención de carbón vegetal, a la apicultura, ganadería y cultivo de pequeñas huertas.
Nos encontramos ya junto al río Guadalquivir, la línea divisoria que separa la paz y naturaleza en estado puro de Doñana, con la civilización y actividad en Sanlúcar de Barrameda al otro lado del río.
A través del transbordador, diariamente se realiza el trayecto entre los dos márgenes del río uniendo el Coto de Doñana con la ciudad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, pudiendo plantear nuestro viaje unacontinuidad por la provincia de Cádiz.
Seguiremos nuestra ruta ahora ya por la playa observando en la lejanía el Faro de Bonanza, en su vértice más meridional a la entrada del Guadalquivir.
El sol empieza a caer y las aves elevan su vuelo a nuestro paso junto a ellas, ofreciéndonos estampas mágicas como ésta.
Miremos hacia donde miremos sólo veremos un paisaje completamente virgen en contraste con la actividad y desarrollo de Matalascañas justo en la frontera con este entorno único que ha conseguido preservarse.
La bajamar proporciona consistencia a la arena y nos permitirá avanzar junto a la orilla con los todoterreno. ¿Alguna vez habéis vivido algo así?
Atravesaremos los casi treinta kilómetros de playa desierta, sintiendo la brisa del mar y observando una bonita puesta de sol y los parajes de Doñana a nuestra derecha.
Una experiencia que tienes que vivirla tú mismo, ven a sentir la energía de la naturaleza de Doñana!. No vale sólo que te lo cuenten!.