Acantilado del Asperillo y Dunas del Abalario
La costa de Doñana cuenta con espectaculares dunas vivas, gigantescos ‘caparazones’ que sepultan bosques enteros al verse desplazadas por el viento, y otras fosilizadas como las del Acantilado del Asperillo, una de las formaciones costeras más singulares de toda la península y presente aquí, en Andalucía.
Por otra parte, al noroeste de Doñana se localiza El Abalario, una vasta extensión de dunas y matorrales que pasó de ser una tierra baldía, formada por cotos, a convertirse en uno de los entornos más llamativos de todo el Parque Nacional.
Nuestro tercer protagonista es el sendero de Cuesta Maneli, una serpenteante pasarela de madera que atraviesa el sistema de dunas en su totalidad. Sobre su fina arena podemos apreciar ciertos rastros, huellas que delatan la esquiva fauna local. Algunas especies amenazadas, como el lince ibérico, el meloncillo, la tortuga mora o la víbora hocicuda, aprovechan la sombra que les ofrecen los abundantes piñoneros para encontrar un lugar de refugio y descanso.
Al final de la senda, sobre el acantilado, se abre un mirador que en algunos puntos llega a alcanzar los treinta metros de altura. Ello hace que esta escarpadura sea las más alta de su tipo en Europa. El agua de los arroyos cercanos ha modelado este monumento natural configurando un complejo sistema de antiguas dunas de arena sedimentada, un grandioso hito geológico que se extiende a lo largo de doce hectáreas de litoral y cuyos materiales geológicos más antiguos datan de hace más de 15.000 años.
Esta antiquísima muralla se eleva sobre la conocida Playa de Castilla. Tras la conquista castellana, este enclave se posiciona como la primera salida hacia el Atlántico y por el sur de los territorios de la Corona española. De ahí su apelativo.
Desde la orilla del océano se puede observar la rica tonalidad de colores que compone la pared de piedra, así como las curiosas formas y ondulaciones geométricas que caprichosamente recorren toda la formación rocosa.
Adentrarse en el privilegiado entorno de Doñana para contemplar el paisaje o bañarse en alguna de sus playas, son solo algunas de las magníficas opciones para disfrutar de este Espacio Natural Protegido.