10 curiosidades que no sabías sobre el río Tinto

He aquí una sucesión de curiosidades sobre el río Tinto, cuyo curso atraviesa la cuenca minera de Huelva, y que para muchos es un misterio, mientras que para quienes llegan hasta aquí, una fortuna capaz de vertebrar un viaje que va mucho más allá del área de Minas de Riotinto. ¡Allá vamos!

1.- El río Tinto debe su coloración a la descomposición natural de minerales que contienen sulfuros de metales pesados. Su oxidación es de origen microbiológico, pues son las bacterias y otros microorganismos extremófilos (su nombre lo dice todo) quienes oxidan y metabolizan estos componentes sulfurosos. 

2.- El río Tinto nace en la conocida como Sierra del Padre Caro en Huelva, concretamente a la altura de Peña de Hierro en la localidad de Nerva. Es una de las visitas imprescindibles que se realizan en la zona. Las entradas se adquieren en la web del Parque Minero o in situ en el Museo Minero de Riotinto (Minas de Riotinto, Huelva).

3.- Las aguas de las cuencas alta y media del río Tinto resultan extremadamente tóxicas y no aptas para albergar vida animal. No hay peces, por tanto, nadando en sus aguas. Ni las aves bajan a beber al río, pues morirían al hacerlo. Sólo un determinado tipo de bacterias pueden sobrevivir a este peculiar recurso natural. 

4.- Los científicos de la NASA ha acudido en numerosas ocasiones a Minas de Riotinto y otros puntos de la cuenca minera en Huelva para estudiar este hábitat extremo. Es debido a su elevada similitud con otros planetas como Marte ante la posibilidad de encontrar restos de este tipo de microorganismos y, por tanto, demostrar la existencia de vida fuera de la Tierra. 

5.- Las rocas impregnadas por las aguas muestran multitud de tonalidades ocres y amarillas debida a la elevada presencia de material sulfuroso. Color que imposible de retirar de por vida. Por lo que si en algún momento se nos ocurre introducir otros metales como anillos, pulseras podemos darlos por finiquitados. Ni si nos manchamos la ropa. No hay nada que hacer, la mancha nunca se irá. Y se recomienda que si en algún momento se toca el agua del río Tinto, no nos llevemos las manos a los ojos. Al menos hasta que nos lavemos bien las manos con un tipo de agua más apropiada. 

6.- Luxia, Iberus y Urium fueron algunos de los nombres que se conocen con los que se denominaba al río Tinto en la antigüedad. Conviene recalcar que la actividad minera lleva realizándose en área conocida como Minas de Riotinto desde hace más de cinco mil años. Tartesios, íberos, romanos, visigodos, árabes y castellanos explotaron el subsuelo en esta parte de Huelva mucho antes de que los británicos se hicieran con los derechos de obtención y comercialización de los minerales allí obtenidos. 

7.- Cuando en 1873 las minas fueron compradas por la Rio Tinto Company Limited, el Estado recibió un pago de algo más de noventa millones de las antiguas pesetas (Menos de 600.000 euros actuales). Los beneficios para la empresa británica antes de comenzar el siglo XX serían de más de cincuenta millones de euros. Sin duda un negocio redondo, aunque a la España de la I República le sirvió, al menos, para esquivar en parte la temida bancarrota. 

8.- Siguiendo buena parte del río Tinto se construyó una de las primeras líneas de ferrocarril en España. Que sería privada, pues estaba reservada para uso exclusivo de la Rio Tinto Company Limited, cuyo objeto no era otro que trasladar el mineral obtenido hasta el muelle del Tinto en la ciudad de Huelva (de ahí se cargaría en barcos dirección Reino Unido y otros países del mundo). Aunque también los gerifaltes de la compañía utilizarían sus vías para viajar ellos mismos. Incluso comprando a la Casa Real uno de los vagones del tren de lujo con el que la reina Victoria de Inglaterra iba a viajar hasta sus colonias en India. La todopoderosa monarca nunca realizaría dicho viaje, por lo que fue a parar a Huelva esta joya de la locomoción, que hoy se puede visitar en el Museo minero de Riotinto junto a otros aparatos de la época.  

9.- Los mejores lugares para fotografiar el río Tinto están poco antes de acceder a la estación del ferrocarril turístico minero en Nerva (en el puente que hay que atravesar para aparcar y acceder al recinto). También en la parada que se realiza con dicho tren en Los Frailes. Y, por supuesto, a lo largo de la vía verde del río Tinto en El Berrocal, una zona de senderismo de alrededor de cinco kilómetros donde se puede caminar por el antiguo trazado ferroviario. Un viaje que se puede hacer totalmente por libre y donde además de ir paseando junto al río es posible encontrar antiguos puentes y restos de apeaderos y otros edificios de esta red ferroviaria que funcionó durante más de un siglo y ahora está inoperativa (salvo los 11 kilómetros entre Nerva y Los Frailes que se realiza con el ferrocarril turístico minero.

10.- En los últimos kilómetros del curso fluvial del Tinto este río, cuyas aguas arrastran una acidez y una toxicidad extremas, cuando sobrepasa San Juan del Puerto, así como en toda la Bahía de Huelva para unirse con el Odiel, la vida se abre camino. La presencia de flamencos, espátulas y otras muchas especies en las conocidas como marismas del Odiel extrañan a propios y extraños. ¿Cómo es posible? La sal procedente del océano en este estero neutraliza todos los efectos negativos sobre el agua. Y, no sólo eso, el aporte de nutrientes convierte a esta zona entre Huelva y Punta Umbría en una reserva natural de gran valor medioambiental. 

Así es el río Tinto, un viaje a través de la historia y también de la vida. Y que nos espera en Huelva a lo largo de un trazado de algo más de cien kilómetros. 

José Miguel Redondo - Blog de viajes "El Rincon de Sele"