Huerta de Juan Santos

En un paraje de ensueño localizado en los más "hondo" del parque natural de Despeñaperros, en el término municipal de Santa Elena, se encuentra la llamada como Huerta de Juan Santos. Aunque la autovía de Andalucía, un eje viario por donde transitan a diario miles de vehículos, está a sólo dos kilómetros, en este paraje el tiempo se ha detenido para tallar un lugar de cuento.

Arropado por tres barrancos y aprovechando la bondad que ofrece el encuentro de dos arroyos (del Vivero y Juan Santos), se desparrama una sucesión de terrazas, bancales de piedra y canales hídricos que, en nupcias con un bosque de ribera y arbustos de porte mediterráneo, crean un ambiente mágico que narra el feliz encuentro del hombre con la naturaleza. Lo que en días fuera un precioso vergel de huertos, hoy rezuma un silencio de ensueño.

Según se asciende parejo al arroyo de la Gitana, por lo que pudo ser el viejo Paso de la Losa y buscando el Castillo de Castro Ferraz, se gira a la derecha y, en descenso, se deja atrás un bosque de pino para avistar las ruinas de un cortijo, un otero, que se eleva sobre una sucesión hileras pétreas que alargan el paisaje cuanto pueden. Junto a la piedras de la casa aparecen un conjunto de ingenios hídricos y un bello horno moruno, hoy fatalmente maquillado, que nos muestran uno de esos lugares de Sierra Morena en los que la huella del hombre debe disfrutarse con mucha calma y respeto.