Fuente y Lavadero El Chorro
La Acequia del Chorro discurría por el centro del pueblo, descubierta en algunos tramos denominados “Charcones” por formar pequeñas albercas desde donde se canalizaba el agua para las distintas acequias. A lo largo de su recorrido, y en determinadas calles del pueblo, se abrían escotillones donde los vecinos arrojaban las aguas.
Puesto que las casas no tenían agua corriente, las mujeres debían hacer su colada en algunos de estos puntos, especialmente en El Chorro, aunque un considerable número de personas preferían lavar en las orillas del río Molinos. El agua para uso doméstico se traía del Chorro o de otras fuentes situadas en las afueras, que presentaban el inconveniente de la fuerte subida que debía realizarse con el cántaro lleno.
Esta fuente y lavadero, la más emblemática del pueblo, se encuentra en el principio de la Calle Chorro. En cascadas, y a través de una acequia, cae el agua que tiene su nacimiento algo más arriba, formando el famoso lavadero (“chorro”). Aún hoy muchas vecinas lavan su ropa en estas cascadas, como antaño, en un entorno de alegre y bullicioso sonar del agua. En la fuente se conservan los huecos que en la piedra caliza han dejado el roce de los cántaros llenos de agua.
La iluminación nocturna lo convierte en un lugar más fascinante aún si cabe.