Aeropuerto de Sevilla
El aeropuerto de Sevilla, situado a diez kilómetros al noroeste de la capital hispalense, afrontó su máxima expansión en 1992 cuando, con motivo de la Exposición Universal, se construyó un nuevo edificio terminal, se amplió la plataforma de estacionamiento de aeronaves y se ejecutó un nuevo acceso desde la carretera nacional N-IV; al sur de la pista se edificó una nueva torre de control.
Se diseñó un edificio enraizado en la cultura sevillana y, para ello, se sirvió de tres componentes tradicionales: la Mezquita, el Palacio y los naranjos. Un huerto de naranjos recibe al viajero en el aeropuerto, para luego entrar en una estancia de color azul por efecto de las tejas vidriadas y coronada por una arquería sustentada por las bóvedas.