Paco de Lucía se asoma a las aguas Del Estrecho
Músico universal, el guitarrista que refundó y reinventó el toque flamenco, elevándolo a las más altas cimas artísticas.
Paco de Lucía (Algeciras, Cádiz, 1947- Tulúm, México, 2014)
El genio de la guitarra
Francisco Sánchez Gómez fue conocido en todo el mundo como Paco de Lucía. Nacido en Algeciras (Cádiz) fue un músico universal, el guitarrista que refundó y reinventó el toque flamenco, elevándola a las más altas cimas artísticas. Era payo pero tenía alma gitana y aprendió de su padre a tocar la guitarra por pura necesidad en la barriada de La Bajadilla. Su primera actuación, siendo un niño, es en la plaza de toros de Algeciras. Aquí empieza el hito de un tocaor de fama mundial capaz de adentrarse en la música clásica y traduce al flamenco obras de Manuel de Falla, Joaquín Rodrigo e Isaac Albéniz y llega a la fusión jazzística de la mano de Al Dimeola, Jhon Mclaughlin y sobre todo con Chick Corea.
Paco de Lucía hermanó la guitarra flamenca con la música clásica, el blues y el jazz. Paco Lucía formó con Camarón de la Isla una de las parejas flamencas de mayor impacto con obras que consiguieron mucha popularidad como Calle Real, Viviré y Como el agua. El dúo con Camarón fue un hito para el flamenco. Con ellos el flamenco entró en la modernidad. Príncipe de Asturias de las Artes en 2004, el único flamenco en obtener este galardón. Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz y por el Berklee College Music of Boston.
Los Chiquitos de Algeciras
Aprendió a rasguear la guitarra al mismo tiempo que hablar. De ello se encargó su padre en la barriada caló La Bajadilla, en Algeciras. Nació en el 8 de la calle San Francisco de esta barriada popular. Había hambre y nevera vacía. Su padre, guitarrista en fiestas de señoritos, fue quien lo guió y con su hermano Pepe formaron el dúo Los Chiquitos de Algeciras. Con 13 años toca como acompañante de famosos cantantes en la Plaza de Toros de Algeciras y no pasa desapercibida su actuación pero es en el Casino Cinema donde sorprende. Va de telonero en el homenaje al pianista Fernando Portilla y forma tal escándalo con su toque a la guitarra que cuando termina la función le sigue por las calles de Algeciras casi todo el público. Con siete años ya sabía, con sus manos prodigiosas, acariciar, hacer vibrar y suspirar las seis cuerdas de la guitarra. Paco de Lucía salta a la fama, siendo aún un niño, en la plaza de Jerez. Su premio, 3.000 pesetas. Se las da a su madre, la portuguesa Luzia, y se llena la nevera. Con Ramón Montoya, Sabicas y Niño Ricardo aprendió todos los palos del flamenco, sin solfear o conocer una partitura.
Almoraima y la Cueva del Gato
Paco de Lucía recorre la serranía de Ronda y la sierra de las Nieves. Quiere conocer su tierra y sube desde Algeciras, atraviesa La Almoraima, por el Parque Natural de Los Alcornocales y se pierde por las quebradas y los pueblos blancos de la serranía. De aquellos recuerdos brota su disco Almoraima (1976), con 29 años. La rondeña La Cueva del Gato abre caminos para las nuevas generaciones, como lo había hecho antes con su disco en solitario Fuente y Caudal, que con la rumba Entre dos aguas lo había lanzado al estrellato.
Entre dos aguas
Con Ramón Montoya, Sabicas y Niño Ricardo, sin partitura ni solfeo, aprende todos los palos del flamenco. "El flamenco es una música que nunca fue a la escuela, es un bien de la emoción”, dijo el Príncipe de Asturias de las Artes. Algeciras se le queda chica. Pero es tiempo de asomarse a las aguas del Estrecho de Gibraltar por donde navegan buques de gran tonelaje, con Marruecos en la otra orilla y miles de aves que cada año atraviesan las aguas del Estrecho volando a África. Paco de Lucía pasaba las horas muertas en su casa cerca de la playa de El Rinconcillo. Recuerda Alejando Sanz, que en aquella casa, con Pepe y Ramón los hermanos de Paco, la chiquillería formaba tal revuelo que tan solo el toque de la guitarra los podía acallar.
Una estatua en el corazón de Algeciras, con la clásica y personalísima forma en acariciar la guitarra, nos lleva a 1973 cuando con su hermano Ramón comienza con uno de los acordes más famosos de la música española, Entre dos aguas.
Gaditano y universal
Tuvo que conquistar el universo musical para que en España fuera valorado. En el flamenco existe un antes y un después de Paco de Lucía; y también en la guitarra flamenca. Pero cuando llega a la cima no se olvida de sus orígenes y se siente gaditano, de la bahía de Cádiz, de las playas inmensas de Tarifa, con los vientos soplando en la playa de Los Lances, Punta Paloma y Bolonia, con los restos romanos de Baelo-Claudia. El gran cantaor Fosforito con el que recorrió España durante casi diez años tenía los recuerdos de Paco de Lucía a flor de piel: "siempre miraba el mar, siempre buscaba el mar; era su mejor descanso. Darse un bañito y comer un pescaíto”. El mismo que se ganó el respeto musical mundial junto Chick Korea, Al Di Meola, Jhon Mclaughlin o Wynton Marsalis.
Paseo 1. En Algeciras, la Plaza Alta, el centro social de la ciudad, alberga importantes monumentos como la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Palma y la pequeña Capilla de Nuestra Señora de Europa. El patrimonio de Algeciras se completa con la Casa Consistorial, el Mercado de Abastos, la Capilla del Santo Cristo de la Alameda y la Capilla de San Antón, que forma un hermoso conjunto con el Hospital de la Caridad.
Paseo 2. La Playa de Getares está situada al sur y emplazada fuera de la Bahía de Algeciras. Cercana a ella se encuentra la Punta de San García, en la que está enclavado el Parque del Centenario, que cuenta con una extensa vegetación y desde el que se pueden contemplar las mejores vistas de la Bahía.
Paseo 3. El Parque Natural del Estrecho, que va desde la ensenada de Getares hasta el Cabo de Gracia (Tarifa). Este espacio protegido, alberga una biodiversidad excepcional.
El visitante disfrutará de bellas playas como la de Los Lances, amparada bajo la figura de protección de Paraje Natural, o la de Bolonia, cuya famosa duna ha sido declarada Monumento Natural. No deje de visitar las ruinas de la ciudad romana de Baelo-Claudia (s. II a. C.) en la ensenada de Bolonia.
Para los amantes de la ornitología, el Parque Natural del Estrecho es un auténtico paraíso, pues es paso obligado de la migración de numerosas especies entre África y Europa.
Los aficionados al submarinismo, en la zona se disfrutan de extensas praderas de algas, indicadores de la calidad ambiental del agua, destacando por su porte espectacular las laminarias. Para los interesados en el medio marino, existen paseos en barco desde Tarifa o Algeciras en los que se puede disfrutar de avistamientos de cetáceos.