Carnicería de los Moros
Tradicionalmente, esta construcción ha sido conocida con el nombre de Carnicería de los Moros. En realidad, lo que hoy podemos ver son los restos de unas Termas, que sin duda pertenecieron a una suntuosa villa romana, situada junto al curso del río de la Villa, y a unos dos kilómetros de distancia del antiguo “municipium”, en Antequera, Málaga.
Lo que mejor que se conserva de la Carnicería de los Moros es la gran piscina de 53 metros en su lado mayor, cuyo muro de contención se decora con quince hornacinas que tienen una altura media de 2’80 metros. Estos nichos son todos de planta rectangular, y se cubren con bóveda de medio cañón, con excepción del situado en el centro, que es de planta semicircular y se cubre con un cuarto de esfera.
La construcción es de mortero, sin embargo, puede que originariamente se cubriese todo con otro tipo de material. Resulta asimismo muy curioso el empleo, en los fondos de los nichos planos, de un tipo de aparejo muy interesante: se trata del llamado “opus espicatum” o “espina de pez”.
Situado frente al conjunto dolménico, está ubicado en una finca privada. No obstante, es fácilmente visible desde la carretera.