Sierra de Grazalema
La Sierra de Grazalema se eleva inexpugnable frente a las aguas del Mediterráneo, a modo de gigantesca muralla salpicada de pequeños pueblos blancos. Es por ello que recibe con agradecimiento las generosas borrascas que llegan desde el Atlántico, temporales que hacen de este macizo el lugar más lluvioso de toda la Península Ibérica.
Situadas en la zona más occidental de los macizos béticos, a medio camino entre las provincias de Cádiz y Málaga, estas sierras han sido talladas al antojo de las lluvias dando lugar a una de las sierras más abruptas de la geografía andaluza. De tal modo, da cobijo a una de las cavidades más extensas de Andalucía, el sistema Hundidero-Gato, con casi 8 kilómetros de galerías y más de 200 metros de desnivel. Pero alberga también otros hitos topográficos de interés, como la Sierra del Endrinal, un karst elevado que presenta vistosos lapiaces activos que alternan con anchos llanos, y espectaculares dolinas y poljés, como los presentes en Líbar y los de los Llanos del Republicano. De la misma manera, también acoge sierras con magníficas panorámicas, como las del Caíllo y Ubrique, que dan lugar a asombrosos escarpes, profundos desfiladeros -Salto del Cabrero y El Saltadero- e imponentes cañones de paredes verticales que llegan a alcanzar los 400 metros de profundidad -Garganta Seca y Garganta Verde.