Despeñaperros
La piedra en Despeñaperros, a modo de inhiesta y afilada muralla, se levanta amenazante al cielo semejando proteger los tesoros de sus entrañas. Por abajo, las aguas discurren lentamente, labrando su huella.
Al norte de la provincia de Jaén, a modo de inexpugnable barrera, gigantescas rocas de cuarcita se elevan en Despeñaperros cortando el paso entre el alto Guadalquivir y la llanura manchega. El agua, briosa y siempre paciente, ha ido erosionando estas rocas creando caminos dificultosos donde nunca los hubo. Así, el río Despeñaperros y sus afluentes, como el Magaña, han ido abriendo pequeñas trazas que han sido utilizadas como vías de comunicación entre Castilla y Andalucía a través de Sierra Morena (Puertos del Rey, del Muradal, etc.).
La muestra más espectacular de estos grandes farallones pétreos la encontramos en el monumento natural de los Órganos, rocas de gran dureza que semejan los grandes tubos verticales de un órgano. Otros ejemplos, junto al eje viario de la Autovía, son El Salto del Fraile y Las Correderas.