Tahal
Pueblo situado en la parte oriental de la Sierra de los Filabres, junto a un barranco, entre almendros y encinas, sobre una ladera orientada al este.
Destaca el blanco intenso de sus casas, escalonadas sobre unas empinadas calles bien adaptadas al terreno; la majestuosidad de la torre parroquial y el histórico Castillo de los Enríquez.
Historia
Villa situada en la comarca del Campo de Tabernas, en la parte oriental de la Sierra de los Filabres. Topónimo de origen bereber que significa "Barranco Húmedo". En ella residía el gobernador del Señorío de los Enríquez, también llamada "Estado de Tahal". Este nombre se lo pusieron los visitadores eclesiásticos. Se atribuye su fundación a los árabes, de cuya época se conserva un castillo en buen estado de conservación. Los Reyes Católicos la conquistaron con el nombre de Tahalí. Estos le concedieron el título de Villa.Fue un lugar tradicional de pastoreo de verano para el ganado que procedía de la zona del Argar (cerca del mar). En su término municipal se han encontrado suficientes muestras del pasado Neolítico con grabados en Peña de los Chaparrales, Peña de don Diego, Cerro del Mortero, entre otros, representan figuras humanas esquemáticas, herraduras, figuras en forma de clavo, etc. De la Edad del Bronce tenemos el yacimiento del Cerro del Mojón, de características similares al de Los Millares.
Tras la conquista cristiana de finales del siglo XV, los Reyes Católicos otorgan en señorío a don Enrique Enríquez. La mayoría de la población del señorío sería morisca a excepción de algunos cristianos viejos. La sublevación de los moriscos de 1568 traerá consigo la muerte de la mayor parte de la población morisca por los combates, el hambre y las enfermedades. El resto sería expulsada del Reino de Granada en el 1570, terminada la contienda. La repoblación fue difícil, en el año 1572 sólo se había podido reunir a 12 familias. En el 1576 se conseguirá hasta 46 familias, una vez tomadas medidas de seguridad para los habitantes de la zona con el envío al pueblo de 20 soldados y un cabo.
En el siglo XVIII la población llegará a 1.041 habitantes y pasará a la propiedad del Marqués de Aguilafuente hasta la abolición de los señoríos en el 1835.
En la actualidad su población se dedica a la agricultura y a la ganadería, cuenta con unas 2.500 cabezas de ganado lanar y unas 800 de ganado cabrío. La actividad industrial se basa en telares para jarapa y lienzos para costales, almazara para el aceite y la comercialización de la miel, en otros tiempos contaba con molinos de harina, un horno de teja y dos telares para la fabricación de paños y colchas de seda.
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