Valle de Abdalajís
Los orígenes del pueblo de Valle de Abdalajís datan del siglo XVI, aunque su existencia es anterior, como lo demuestra el trazado árabe de la parte alta del municipio.
Su paisaje es una mezcla de lomas suaves, agrícolas, de huertas ribereñas, regadas por el arroyo de las Piedras, y de sierras como la de su nombre, a cuyos pies se levanta el pueblo.
Es interesante visitar la antigua posada, considerada una de las primeras edificaciones, el Palacio de los Condes de Corbo y la Iglesia Parroquial.
Últimamente ha adquirido importancia la práctica de deportes de aventura que encuentra aquí un escenario ideal para la escalada, el senderismo y las actividades deportivas en general.
Historia
En su término municipal se han encontrado restos ibéricos y púnicos, pero los yacimientos más interesantes son de época romana. En el siglo I después de Cristo alcanza su máximo auge la ciudad romana de Nescania, que llegó a ser declarada municipio de la provincia Bética, y donde parece que existía un gran templo dedicado al culto de Júpiter.
En el siglo IV sería asolada por los vándalos, produciéndose su despoblamiento hasta la llegada de los árabes que, según las crónicas, darían nombre al lugar en los primeros años de la penetración musulmana, ya que sería fundada por Abd-El-Aziz, hijo del caudillo Muza.
El origen de la villa actual es de mediados del siglo XVI, y se produce a partir del crecimiento del llamado Caserío Arcediano. En 1559 se desligó de la jurisdicción de Antequera y pasó a ser señorío de los Padilla Eslava, siendo patrimonio de esta familia hasta bien entrado el siglo XIX.